Quién no se ha preguntado alguna vez... ¿por qué gasté más de lo que creía que iba a gastar este mes? o ¿por qué gasto más de lo que gano? o ¿por qué me cuesta ordenar mi plata para llegar a fin de mes? Muchas veces no conocemos en detalle los ingresos, hay meses en que quizás recibimos menos que otros... lo que nos hace difícil ajustarnos a lo que realmente podemos gastar. Por esto, es importante utilizar herramientas que nos ayuden a ordenarnos y planificar para tener un panorama general a través de un presupuesto.

Para armar un presupuesto, tenemos que conocer o estimar los ingresos familiares que se percibirán. Una vez determinados, hay que clasificarlos en fijos y variables. En este periodo, tenemos que considerar si algún un miembro de la familia está acogido a la Ley de Protección del Empleo, ya que el pago se realiza por tramos de porcentaje dependiendo de lo ahorrado en el fondo de cesantía.

Una vez que ya tengas claros los ingresos percibidos, hay que comenzar a conocer los gastos; detectar en qué gastamos (alimentación, educación, cuentas básicas, transporte, etc.) y el monto para cada uno. Cuando se calcule la suma total, hay que comparar los ingresos y así determinar lo que queda para el mes.